Hoy vamos a hablar de un concepto al que se le ha puesto nombre de manera reciente, aunque podemos decir que gozamos de sus ventajas desde hace ya algún tiempo. Seamos conscientes o no, todos los que trabajan en formación, ya sea online o presencial, hacen Diseño Instruccional.

El Diseño instruccional, además de para muchas otras cosas, nos ayuda a evaluar porqué los usuarios abandonan un curso online, qué factores influyen en esta decisión y qué podemos hacer para evitar la deserción. 

Definición

En realidad, son muchas las definiciones que puedes encontrar de Diseño Instruccional. En todas ellas aparecen los conceptos de planificación, preparación y estructuración de contenidos y herramientas didácticas destinadas al aprendizaje con el fin de lograr unos objetivos educativos. Podemos decir que es una guía para el docente o un mapa de orientación al preparar un curso, ya sea presencial u online.

Según la Wikipedia, es “la práctica de crear experiencias de instrucción que hacen la adquisición de conocimientos y habilidades más eficiente, eficaz y atractiva."

El Diseño Instruccional se aborda desde diferentes teorías de aprendizaje: Conductismo, Cognitivismo, Constructivismo, etc; aunque en realidad no debe atarse en una teoría individualmente, sino que toma un poco de cada una de ellas. 

¿Cuáles son sus fases?

Existen muchos modelos para realizar Diseño Instruccional, aunque es usual verlos aglutinados bajo las siglas ADDIE (acrónimo en inglés de cada una de las fases). Las exponemos a continuación:

  1. Análisis. Recopilación de información de alumnado, del contenido y del entorno. Nos permite identificar el perfil del estudiante y el contexto. 
  2. Diseño. Desarrollo de principios didácticos para conseguir las metas instruccionales (objetivos, evaluación, medios, actividades, planificación de la formación).
  3. Desarrollo. Donde se da forma a los contenidos y materiales del curso.
  4. Implementación. Evaluación del alcance del curso una vez se pone a disposición de los usuarios. 
  5. Evaluación. Respondemos a la pregunta de si el curso alcanzó los objetivos propuestos desde la perspectiva del diseñador instruccional, del profesor y del alumno. Se pueden medir a través de encuestas e incluso interacciones u opiniones de los alumnos en la Red. 

¿Cómo se aplica a un curso online?

Si deseas crear un curso online y aplicar el diseño instruccional debes realizarte algunas preguntas: a quien va dirigido el curso, cuál es el propósito, cuáles son los temas a cubrir y en qué orden, de qué material dispones y cómo evaluar el proceso de aprendizaje, entre otras.

Por supuesto, este proceso requiere inspiración y creatividad, y mucha planificación. 

Para que tu curso online sea atractivo y a la vez eficaz, te recomendamos tener en cuenta las siguientes recomendaciones:

  1. Deja bien claro y visible la duración del curso, los objetivos a cumplir y la metodología que conlleva.
  2. Intenta evitar que el alumno se distraiga con elementos decorativos o sin función alguna.
  3. Promueve un ambiente colaborativo donde se puedan presentar diferentes perspectivas u opiniones.
  4. Elige unos contenidos y dinámicas que puedas reorientar hacia otros aspectos en caso de que tu curso online no esté funcionando como debe.
  5. El alumno debe navegar por los contenidos de forma clara, simple e intuitiva para aumentar su nivel de satisfacción. La plataforma online que elijas no debe ser confusa en el acceso a las diferentes herramientas.
  6. La estructura del curso debe ser lógica y estar jerarquizada; y el tono debe estar acorde con las características del público objetivo. 
  7. El contenido del curso debe ser relevante y significativo. Los alumnos buscan contenidos prácticos que les sean de utilidad en su vida cotidiana. Hay que diferenciar muy bien entre el contenido indispensable para la formación online y la información complementaria.
  8. Evita cualquier tipo de material extenso y pesado., independientemente del formato que elijas (vídeo, webinar, audio o documentación). El alumno suele desmotivarse con contenidos muy teóricos o demasiado abstractos. 
  9. No uses vocabulario demasiado técnico. Ten en cuenta que en un curso online pueden inscribirse personas con diferente formación académica. Textos simples y directos capaces de ser entendidos por cualquiera y que faciliten el vínculo con el usuario.
  10. Puede parecer algo increíble que a estas alturas tengamos que mencionar esto, pero ocurre más a menudo de lo que debería. Los errores gramaticales y ortográficos además de hacer perder la atención de alumno, dan una pésima imagen de la profesionalidad del formador.
  11. El material gráfico debe ser de calidad. Imágenes de baja resolución, que no corresponden con el texto al que acompañan, iconos difíciles de entender, colores demasiado llamativos, fondos poco ilegibles, etc; dificultan la comprensión del contenido.
  12. Animaciones demasiado elaboradas o efectos de música y sonido pueden resultar una pérdida de tiempo si no conllevan un propósito de aprendizaje. Utilízalas sólo si refuerzan los contenidos presentados. 

En cualquier caso, hay que tener en cuenta que el diseño instruccional debe tener un objetivo pedagógico y este debe ser su fin, también en e-learning. La tecnología es un medio para llegar a él, pero no el fin en sí mismo. Lo importante, siempre, es el aprendizaje del alumno. 

Si necesitas algunas herramientas que puedan ayudarte como diseñador instruccional (aunque, por supuesto, siempre deberías contratar a un profesional para ello) te recomendamos que revises los siguientes posts:

  1. 13 herramientas de gamificación para divertir a tus alumnos
  2. 9 bancos de imágenes gratis
  3. 10 herramientas online para hacer evaluaciones y exámenes
  4. 9 herramientas online de pizarras virtuales
  5. 10 herramientas para hacer videotutoriales


¿Qué es el diseño instruccional y cómo aplicarlo en tu curso online?


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