Por un momento, pongámonos en el lugar del alumno online. Cuando un usuario decide comprar un curso online, éste debe reunir una serie de requisitos que aseguren que su inversión vale la pena y que no perderán el tiempo invertido, en definitiva, que cumple los objetivos de aprendizaje propuestos.
Los alumnos evalúan la calidad de un curso online antes de inscribirse, por lo que para el profesor, es vital convencer al usuario de que el curso online que propone es el adecuado para ello en la fase de promoción, marketing, etc.
Por supuesto, y como hemos hablado en más de una ocasión en el blog de ClassOnLive, conocer a tu público objetivo es vital para satisfacer sus necesidades de aprendizaje con tu curso online.
Hoy vamos a hablar de calidad en un curso virtual, un tema complejo y amplio (ya que es un concepto bastante subjetivo según la perspectiva del estudiante, de la institución, del profesor, etc), pero al menos podremos acercarnos a ciertos estándares para que tanto si eres alumno como profesor online puedas tener claro el concepto.
¿Cómo saber si un curso online es de calidad?
Vamos a ello…
- Haz un curso online. Puede parecer una solución extraña, pero nunca sabrás si un curso virtual es de calidad ni no has realizado ninguno. Esta opción te ayudará a familiarizarte con la metodología virtual.
- Profesor experto. Un profesional de prestigio deja rastro en Internet. Con una sencilla búsqueda podrás ver si tiene blog, web, ha publicado libros, qué publica en sus redes sociales o cuál es su trayectoria profesional. Si eres profesor online este es un punto importante. Trabaja tu propia marca en la Red.
- Comunicación. Los estudiantes demandan cada vez más una interacción real entre ellos y el tutor. Se sienten así más motivados y más satisfechos de su evolución. Las formas de comunicación entre alumno y profesor deben ser variadas (foros, chats, emails, webinars, tutorías personalizadas, etc). Por supuesto, elige una plataforma para impartir curso online que facilite la retroalimentación entre los participantes.
- Tecnología. Actual, disponible y compatible con diversos formatos. Debe favorecer el aprendizaje.
- Temporalización. El profesor debe calcular de forma lo más precisa posible cuánto durará el curso virtual y como se distribuyen esas horas. Si es muy largo, el alumno puede perder el interés y si es muy corto, puede que haya estudiantes que no tengan tiempo para finalizarlo.
- Contenidos. El diseño del curso debe ser perfectamente entendido por el estudiante. Además, también debe contar con variedad de formatos para favorecer la diversidad en cualquier tipo de estudiante.
- Evaluación y certificaciones. Para los alumnos, es importante recibir una certificación que asegure el aprovechamiento del curso online.
- Información previa. Muchos alumnos no se inscriben a un curso porque su “presentación” genera dudas. Es necesario especificar claramente la metodología, la duración, las características técnicas, cuáles son los contenidos, el precio, etc.
- Tutorización. Un tutor online no debe limitarse a corregir exámenes y resolver dudas. Debe ser un dinamizador del contenido y motivar constantemente al alumno online a través de las herramientas de comunicación para lograr una experiencia de aprendizaje satisfactoria.
- Metodología. Sin método no hay enseñanza. Y no hay que confundirlo con el formato. ¿Cómo se va a enseñar el curso online? ¿Cuál es su estructura? ¿Hay algo más que vídeos?
- Plataforma de elearning. Muchos profesores online eligen métodos menos profesionales para ahorrar dinero (dar clases online por Skype, por ejemplo), pero existen muchas plataformas de formación online, como ClassOnlive, que son muy fáciles de utilizar, están disponibles 24/7 con un buen soporte y dan más credibilidad a tu formación. Además, no suelen ser costosas.
Realmente, podemos agrupar los factores anteriores en tres criterios de calidad: el entorno (contenido atractivo, fácil de manejar); la didáctica (versatilidad, estrategias de motivación y uso de materiales didácticos) y la técnica (funcionalidad de la plataforma para impartir el curso online, integración de elementos multimedia, navegabilidad, acceso, diseño, etc).
Estándares de calidad
Hay instituciones que facilitan tanto a estudiantes como a profesionales a medir la calidad de un curso online. Podemos hablar de:
- INACOL. Para alumnos de hasta 12 años y que combina formación presencial con formación online.
- QUALITY MATTERS. Enfocado a la educación superior y centrado en una rúbrica con 43 estándares divididos en 8 categorías.
- OSQAR. 50 estándares divididos en 6 categorías de análisis.
- Norma UNE 66181. La Asociación Española de Normalización y Certificación (AENOR), que trabaja los ámbitos de evaluación, como la formación o venta de publicaciones, hizo en julio del 2008 la Norma UNE 66181. La versión actualizada de la norma define las directrices para identificar las características que definen la calidad de la formación virtual. Puedes comprar el documento vía online.
Nota: Los estándares de calidad valoran el producto final, no el proceso a través del cual se llevó a cabo. No hablaremos por tanto de la norma ISO o el estándar EFQM, ya que certifican procesos y gestión.
Como ves, evaluar la calidad de un curso online es una tarea bastante subjetiva, pero con cierto denominador común para todos los interesados. Como alumno, piensa qué tipo de persona eres y qué necesitas. Como profesor online, ponte en el lugar del alumno y sitúate a su disposición el mayor tiempo posible. ¡Y a aprender!
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